Finlandia, un país ubicado al otro lado del mundo, más exactamente en el continente europeo, cuenta con los más altos estándares de educación, innovación y calidad de vida a nivel mundial. Por muchos años, ha ocupado el primer lugar de las pruebas PISA (Programme forInternational Student Assessment), una de las más difíciles de afrontar en el mundo, y sin embargo, desde el año 2000 hasta el 2009, ocupó el primer lugar en el escalafón de calificación. ¿Pero, cuál es el secreto mágico de este país, para lograr que sus estudiantes manifiesten semejante rendimiento académico?
La construcción de esta fórmula mágica empezó desde el año 1969. Tiempo después de haber atravesado por una época de crisis y violencia, los gobernantes de Finlandia buscaron la manera de reconstruir nuevamente al país. Pero no sólo a través de edificios, calles u otras construcciones, sino también a través de su gente y de la educación. Una educación de calidad e igual para todos sin importar su raza, ideología, creencia, nivel social, etc., con el fin de formar ciudadanos competitivos, innovadores y emprendedores capaces de sacar en adelante el desarrollo de su nación. A partir de allí y por un transcurso de 25 años, Finlandia basó su sistema educativo en factores como la familia, las escuelas integradas, en la confianza, en la comprensión de lo que se aprende, en un currículo base, en el emprendimiento, en docentes altamente calificados, en gobernantes responsables, en estudiantes interactivos… ingredientes de la receta, cuyo fin es lograr que los estándares de Educación sean cada día mejores.
En Finlandia, los jóvenes y docentes van a la escuela pocas veces a la semana; los profesores emplean alrededor del 40% de las clases para dar los tutoriales, mientras que son los estudiantes quienes se desenvuelven en el 60% restante. Las clases están diseñadas para enseñar a los estudiantes a pensar y hacer las cosas en situaciones concretas, de esta manera se les instruye en comprender lo que aprenden y no a repetir lo que ven en clases. En las aulas se presenta un ambiente relajado, en donde los estudiantes están concentrados en desarrollar sus actividades para luego compartirlas a nivel digital con otros estudiantes, de esta manera, critican el desempeño de los demás y son criticados igual. La Educación finlandesa confía muy poco en la evaluación, recurrir menos a la evaluación hace que los estudiantes desarrollen su propio estilo de aprendizaje.
Se puede concluir se puede afirmar que el sistema educativo finlandés puede ser visto como un laboratorio, en el cual, los colombianos pueden hacer el uso de la observación. Si en Colombia se tomará en cuenta algunos rasgos de este sistema y se aplicara, tal vez, con el paso del tiempo, aumentaría la calidad de la Educación a nivel nacional. Sin embargo, hay que recordar que a Finlandia le tomó 25 años construir un sistema educativo eficiente que lo ha puesto en el primer lugar a nivel internacional, en cuanto a los estándares educativos. De igual manera a Colombia le tomaría igual o mayor tiempo en ver resultados concretos.
La construcción de esta fórmula mágica empezó desde el año 1969. Tiempo después de haber atravesado por una época de crisis y violencia, los gobernantes de Finlandia buscaron la manera de reconstruir nuevamente al país. Pero no sólo a través de edificios, calles u otras construcciones, sino también a través de su gente y de la educación. Una educación de calidad e igual para todos sin importar su raza, ideología, creencia, nivel social, etc., con el fin de formar ciudadanos competitivos, innovadores y emprendedores capaces de sacar en adelante el desarrollo de su nación. A partir de allí y por un transcurso de 25 años, Finlandia basó su sistema educativo en factores como la familia, las escuelas integradas, en la confianza, en la comprensión de lo que se aprende, en un currículo base, en el emprendimiento, en docentes altamente calificados, en gobernantes responsables, en estudiantes interactivos… ingredientes de la receta, cuyo fin es lograr que los estándares de Educación sean cada día mejores.
En Finlandia, los jóvenes y docentes van a la escuela pocas veces a la semana; los profesores emplean alrededor del 40% de las clases para dar los tutoriales, mientras que son los estudiantes quienes se desenvuelven en el 60% restante. Las clases están diseñadas para enseñar a los estudiantes a pensar y hacer las cosas en situaciones concretas, de esta manera se les instruye en comprender lo que aprenden y no a repetir lo que ven en clases. En las aulas se presenta un ambiente relajado, en donde los estudiantes están concentrados en desarrollar sus actividades para luego compartirlas a nivel digital con otros estudiantes, de esta manera, critican el desempeño de los demás y son criticados igual. La Educación finlandesa confía muy poco en la evaluación, recurrir menos a la evaluación hace que los estudiantes desarrollen su propio estilo de aprendizaje.
Se puede concluir se puede afirmar que el sistema educativo finlandés puede ser visto como un laboratorio, en el cual, los colombianos pueden hacer el uso de la observación. Si en Colombia se tomará en cuenta algunos rasgos de este sistema y se aplicara, tal vez, con el paso del tiempo, aumentaría la calidad de la Educación a nivel nacional. Sin embargo, hay que recordar que a Finlandia le tomó 25 años construir un sistema educativo eficiente que lo ha puesto en el primer lugar a nivel internacional, en cuanto a los estándares educativos. De igual manera a Colombia le tomaría igual o mayor tiempo en ver resultados concretos.
Katia Liceth Aconcha Pedrozo
Didáctica de la Biología.
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